El especialista en macroeconomía Martín Rapetti,  director de Desarrollo Económico de Cippec y de la Maestría en Economía de la UBA consideró este jueves conveniente no pagar por los próximos dos años ni el capital ni los intereses de la deuda para tener recursos con los que financiar el crecimiento, siempre y cuando la inflación haya bajado al orden 30% anual.

Lo hizo en un panel que compartió con el economista en jefe de la UIA, Diego Coatz, acerca de los desafíos para volver al crecimiento en  el marco de la 25° Conferencia Industrial de la institución. 

De esta forma, respaldó los dichos de Alberto Fernández más temprano en el encuentro respecto de que comenzará a pagar la deuda cuando la economía haya vuelto a crecer. Originalmente la propuesta fue de Martín Guzman, el académico cercano a Joseph Stiglitz y experto en deuda de la Universidad de Columbia. Él también fue quien insistió en que Alberto Fernández no tomara más deuda con el FMI, tal y como anunció el futuro presidente la semana pasada.

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Para Rapetti, la macroeconomía que deja Macri le permite ser más optimista respecto de las posibilidades de salir de la estanflación de lo que era hace dos años, cuando la economía acumulaba vulnerabilidades en el frente externo que podían desencadenar en una crisis como finalmente lo hizo en abril de 2018.

"Producto del ajuste caótico, no deliberado sino hecho por el mercado, creo que la economía está en condiciones a partir de mediados del año que viene pueda retomar el crecimiento".

Con los precios relativos "más o menos acomodados" (tarifas, dólar) y el balance de pagos con un pequeño superávit que permite acumular dólares, la cuentas fiscales más ordenadas y el déficit primario entorno al 1% del PBI  y "con algunas medidas acercándose al equilibrio el año que viene", dijo Rapetti, "la deuda es el problema".

"No es un volumen de deuda enorme", aseguró al mostrar que al tipo de cambio del último trimestre la deuda con el sector privado es del 36% del PBI y sostuvo que "con los precios de los bonos tan bajos, hay posibilidad de ganancias mutuas para acreedores y el deudor".

Sin embargo, hizo hincapié en que la negociación deberá encararse en el cortísimo plazo: "Lo que típicamente es un problema es la postergación de la negociación de la deuda", aclaró.

En este sentido, enfatizó que "Ningún país puede pagar toda su deuda junta que es lo que se le está exigiendo a la Argentina" a partir del corte del financiamiento que sufrió el país en junio del año pasado.

A su vez, remarcó que "No se puede pagar la deuda su la economía no crece. Es razonable si uno prorroga el servicio de la deuda hacia adelante y puede volcar los recursos reactivar la economía en el corto plazo y el compromiso de que cuando la economía empiece a crecer se van a generar los recursos para pagar esa deuda. El resto es sentarse a hacer números".

Respecto de la forma de volver al crecimiento, enfatizó la necesidad de un plan macroeconómico integral para normalizar las finanzas e impulsar el crédito productivo, pero los detalles se los dejó a la administración que está por entrar.

"No le conviene a la Argentina que esto no se cierre, no le conviene al FMI ni a los acreedores que esto no se cierre, no le conviene a la comunidad internacional que esto no se cierre. Todos tienen incentivos para cerrar la negociación", sostuvo el macroeconomista.